jueves, 14 de julio de 2011

Elevo mis ojos al cielo
intentando buscar algo
entre el resplandor
de los distantes estrellas
que iluminan la bóveda celeste,
como antorchas en el cielo.
Una tenue luz ilumina mi rostro.
Mi corazón se prende.
De mi interior escucho a mi ser entonar un cántico nuevo
que va disipándose en el viento.
                                   Arturo Castillo.

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