jueves, 22 de marzo de 2012

Me duele pensarte,
soñarte, no tenerte,.
Me hiere la distancia,
mi soledad ajena a tu
nueva compañía.
Mi tristeza se ve opacada
por las dichas y alegrías
que otro te da.
Mi corazón es como un juego de engranes
oxidado por las lágrimas,
empolvado por el tiempo,
costandole mantener su movimiento,
volver a palpitar.
No hay gozo, no hay alegrías,
solo óxido aletargado,
telarañas, polvo fino acumulado
mostrando las edades del tiempo,
olor a podredumbre
que emana el cuerpo en descomposición,
olor a ansiedad y vacío
que has dejado en mi corazón.
                             Arturo Castillo.

No hay comentarios: