viernes, 16 de marzo de 2012

Estuviste tan cerca de mí,
que mi poros respiraron el calor de los tuyos.
Mi boca atrapo cada exhalación de la tuya,
mi corazón busco sincronizarse con el tuyo,
y mis pensamientos quisieron seguirte.
Mi mente te envolvia en abrazos,
y mi alma te atrapaba con sus anhelos.
Pero era mi corazón el que tenía que perseguirte
tratando de atrapar tu corazón y tus pensamientos
dirigidos a él,
era mi mente la que tenía que engañarse,
cubriendo en cada encuentro las ausencias de tu ser.
Estabas tan cerca de mí físicamente,
pero tu corazón y tus pensamientos 
eran dirigidos a otro,
mientras mis celos buscaban desenfrenadamente
atraparlos y hacerlos prisioneros para mí.
                                   Arturo Castillo.
                                               jsf

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