Este día medito en el pasado
cuyos designios vagos desconciertan
mi mente y perturban mi corazón:
me miro en un el, como en un borroso espejo
en el cual sólo descubro rostros de muerte
durante todos estos años.
Al mirarme otra vez, me veo allícontemplando mi yo desventurado;
pregunto a la tristeza, pero es muda.
Si ella pudiese hablarme, sus palabras
me serían mas dulces que canciones.
Jalil Gibran
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